Como nos decía su dueño Miguel Ángel: “tenéis que mejorar lo inmejorable”. Y cierto es que este Ferrari 458 Italia, con apenas 11.000km, llegó en un estado casi inmaculado. Teníamos el difícil desafío de sorprender a Miguel Ángel y por sus palabras a posteriori, lo conseguimos.
El primer reto que nos encontramos fue decidir qué hacer con el capó delantero en el que se contaban ocho impactos de pequeñas piedras los cuales no eran recuperables con un detallado. Con el visto bueno de su dueño, nos pusimos manos a la obra para seleccionar la mejor variante de su color original Rosso Corsa Ferrari (322) y tras pintar cinco muestras encontramos el color exacto. Elegido el color, el resto fue “coser y cantar”.
Por otro lado, sorprendentemente nos encontramos con un portón trasero del que se desprendía la pintura anticalórica de su parte interior. Desmontar, lijar a conciencia, imprimar, pintar y de nuevo a su sitio.
Tras el proceso de pintura se llevó a cabo un exahustivo detallado de este Ferrari donde incluso se limpió hasta el fondo plano: limpieza y nutrición interior, acondicionado vano motor, pulido y sellado exterior, llantas, etc. Cabe destacar que para el sellado de las llantas se utilizó un novedoso producto de Ceramic Pro, “Calipers and Wheels”, el cual se aplicó a pistola. Respecto a la carrocería se apicaron cuatro capas de Ceramic Pro 9H y tres capas de Ceramic Pro Light, obteniendo un acabado y protección sublimes.
Solo podemos decir que el resultado final fue tal que su dueño decidió llevarse el coche en grúa a su ciudad de origen para poder observarlo y disfrutarlo impoluto en su garaje…