Inma tenía la sensación de que su compañía se preocupaba más por la compañía contraria que por ella misma. Por desgracia, es una situación de lo más habitual en estos casos. Aunque nos parezca extraño, cuando nos dan un golpe la compañía del culpable paga a la del perjudicado una indemnización de un importe fijo (900€ aproximadamente) y es nuestra propia compañía la que se debe encargar de reparar nuestro coche o indemnizarnos. Ante esta situación nuestra compañía opta siempre por la solución más barata. Nos hace sentir impotentes pero no somos conscientes de que simplemente está bajando sus costes.

En el caso concreto de Inma, inicialmente su compañía le propuso indemnizarle con 2.200€ y que se quedará con su coche destrozado. Posteriormente subió a 2.400€ pero seguían sin darle la solución que ella esperaba: que le repararan su coche.